La elección del tipo de mantel depende del estilo que se dará al servicio y de si los formatos grandes se reservan para ocasiones especiales
IREGUA te informa sobre los manteles clásicos, para cubrir la mesa conviven con los llamados individuales, que proporcionan un estilo diferente. Mientras los pequeños simplifican la tarea cotidiana de poner y recoger la mesa, los manteles grandes son los protagonistas cuando se trata de decorarla para una ocasión especial. En este artículo se señalan los principales usos de cada uno: los individuales en las comidas y cenas cotidianas y las ventajas decorativas de los manteles grandes. También se explica la posibilidad de crear manateles individuales de diseño, personalizados y artesanales.
El mantel fue creado para proteger la superficie de la mesa y decorar el área donde se sirven los alimentos.
Los de formato pequeño, llamados de forma coloquial " individuales", han desplazado a los clásicos grandes. Esto se debe a que son más sencillos de colocar y, sobre todo, de recoger y limpiar, por lo que se prefieren para las comidas de diario. De esta forma, se evita la tarea de lavar, planchar y eliminar las manchas de comida y grasa, que son tan frecuentes en los manteles grandes. Otra ventaja de los individuales es que se adaptan a todas las mesas y a la cantidad de comensales presentes.
Para colocar juntos manteles grandes e individuales, hay que tener cuidado de que sus materiales y estilos combinen entre sí
Para las ocasiones especiales, en cambio, el mantel grande clásico sigue teniendo prioridad, ya que representa una mayor elegancia y permite destacar más y mejor tanto la vajilla como los centros de mesa y otras piezas decorativas.
También existe la posibilidad de combinar ambos formatos, es decir, vestir la mesa con un mantel grande y luego colocar individuales en la ubicación de cada uno de los comensales. Sin embargo, no es fácil lograr buenos resultados con este tipo de uniones: para conseguirlo, se debe procurar que formen parte de un conjunto o bien que sus materiales, estampados y estilos combinen entre sí.
Los manteles grandes conservan su vigencia en el momento de disponer la mesa en un estilo formal, reuniones familiares o celebraciones como cumpleaños, Navidades, etc. En estos casos, la mesa vestida con un mantel o un conjunto de dos manteles superpuestos garantiza un aspecto de sobriedad y elegancia que contribuyen a lograr un ambiente adecuado.
Además, si bien los manteles grandes requieren más cuidados para su mantenimiento y limpieza, existe una oferta cada vez mayor de textiles que repelen las manchas y mantienen los colores vivos. Gracias a esto, usarlos a diario en la decoración de la mesa resulta menos trabajoso que antaño.
Incluso se puede recurrir a los clásicos manteles de plástico, mucho más asequibles. No resultan tan elegantes como los de tela, pero proporcionan protección a la mesa, son mucho más fáciles de limpiar y, además, en la actualidad se fabrican con diseños y estampados más variados y atractivos que los antiguos. Esto posibilita que se puedan emplear en la mesa de todos los días sin renunciar a la decoración del ambiente.